En cada sorbo de nuestro cóctel de ginebra, los lyches se entrelazan con el romero, creando una danza de frescura y exotismo. El romero, con su aroma sutil, añade una nota de frescura que evoca la brisa en un jardín secreto. Una experiencia que despierta los sentidos y transporta la imaginación a un oasis de sabores y sensaciones únicas